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BOLETÍN DE LAS V JORNADAS 2018 NUEVA ESCUELA LACANIANA DE CARACAS

                                                        Editorial

 

Partimos de la experiencia de ver por la ventanilla de un avión que parte. La referencia surge del relato que nos confía Jacques Lacan en su escrito Lituratierra. Allí nos presenta la diferencia entre frontera y litoral a partir de un recorrido que permite distinguir la lógica del significante que dibuja fronteras simbólicas y la lógica de la letra, literal, que hace litoral en lo real.

Pudiéramos decir, entonces, que la frontera es una línea imaginaria que separa dos países haciendo existir entre ellos una relación de reciprocidad. Bajo esa línea, los territorios no se distinguen. Sólo las marcas que han dejado los accidentes naturales, como por ejemplo, los desbarrancamientos de nieve en Siberia vistos por Lacan desde lo alto, ofrecen límites que pueden ser leídos, pero que nadie ha puesto allí.

 

Para aquel que se desplaza de un territorio a otro, sobrevolando los efectos del trazado que los separa -siendo la migración responsable de ese movimiento- quizá surja la pregunta acerca de cómo alojará sus marcas sinthomáticas en el Otro que lo recibe. Puesto que, si hay algo fundamental que se lleva, en el momento de la partida: es aquello que hace letra para sí mismo.

Y para aquel que no migrará porque ha sido esa su elección o porque no puede realizar ese desplazamiento debido a las consecuencias subjetivas que originaría, surge también la pregunta: ¿cómo se las arreglará?

FRONTERRA es el nombre que hemos elegido para nuestro boletín de las V Jornadas de la NEL Caracas. Esta "terra" virtual busca convertirse en un lugar de encuentro para las letras que pretendan hablar de la migración y de cómo puede ser leída desde el discurso psicoanalítico. 

MIGRACIÓN ARREGLOS Y DESARREGLOS SINGULARES

Argumento

 

La migración implica un conjunto de circunstancias que generan cambios. Separarse de la tierra, donde se ha tejido una vida, supone una reconstitución del Otro que se deja y una resignificación del lazo con él.  Implica también hacerse un lugar en el Otro del país que se ha elegido como destino. En ese movimiento se ponen en juego las identificaciones de cada sujeto y su saber hacer para enfrentar aquello que se pierde. 


Los cambios trastocan las identificaciones pero no borran la condición de sujeto; puesto que para el psicoanálisis el estatuto mismo del sujeto es el de ser un inmigrante porque sólo tiene hogar en lo del Otro (1).

 

El problema del sujeto es que ese país extranjero, que sería el Otro, es en realidad su país natal. Un país, además, en el que puede llegar a sentirse como un exiliado. Descolado. Puesto que ese Otro que anida en él, que está en su interior, se encuentra en posición de extimidad. Y son las ficciones y mutaciones subjetivas propias de cada sujeto las que condicionan el lazo con el Otro. 


Quizá haríamos bien si pensáramos en nosotros mismos como posibles extranjeros en nuestro país natal (2). Convendría además poner en tensión la pregunta por la identidad. Esa que tanto pesa a la hora de partir. 
No hay identidad para el sujeto desde el psicoanálisis. En todo caso, lo que existe es el Otro que permite hallar algunas respuestas a la falta en ser constitutiva del sujeto. El ser hablante, gracias a los envoltorios ofrecidos por lo simbólico, si se ve enfrentado con la separación puede tener la oportunidad de reencontrar en el exterior un goce con el cual emparejarse. Pero puede ocurrir también que no logre dar ese consentimiento y llevará a cuestas el desarreglo que implica no poder alojar sus marcas sinthomáticas en el Otro del país que lo recibe.

 
De cualquier manera, siempre nos tocará enfrentar el acontecimiento que supone simbolizar la falta cuando una contigencia de la vida nos haga evocar el objeto perdido o cuando se viva la fractura que implica sentirse descolocado ante ese Otro que anida en nosotros. Y se requerirá de cierto tiempo para que el sujeto pueda hacer un arreglo sinthomático  que le posibilite aparejarse con un nuevo objeto, que como bien dice Lacan, en el seno más asentido de mi identidad conmigo mismo es el quien me agita. (3) 


La historia del psicoanálisis está hecha de migraciones. Sigmund Freud tuvo una relación originaria con el estatuto de ser inmigrante. No imaginaba que en el ocaso de su vida, cuando ya entraba triunfalmente Hitler en Austria, tendría que exiliarse en Londres. El mismo día de su llegada, el seis de junio de 1938, escribió: El sentimiento de triunfo se mezcla demasiado íntimamente a la tristeza porque estábamos todavía muy apegados a la prisión de donde acabábamos de salir (4).  


Sin embargo, aun en medio de la tristeza que lo embargaba, Freud nos enseñó de qué manera pudo valerse de la ironía para poner una distancia con el Otro. Antes de su partida a Londres fue visitado por la Gestapo. En esa visita, se le solicitó que escribiera una carta de su puño y letra indicando que no había recibido malos tratos por parte de esta organización. Entonces, Freud escribió estas palabras: Le recomiendo calurosamente a todo el mundo la camaradería de la Gestapo (5). 


En la Venezuela de hoy, esa prisión a la que se refirió Freud -presente con otros envoltorios- ha llevado a más de cuatro millones y medio de venezolanos, en la última década, a tener que migrar buscando mejores condiciones de vida. Es un real que se ha hecho presente en nuestros consultorios; y en nuestra propia NEL Caracas.


¿Cómo abordamos los psicoanalistas un real que ha desmembrado familias o que amenaza con dejar al país sin una generación de reemplazo? 


Las precarias condiciones de la vida cotidiana causan cada vez mayores urgencias subjetivas que empujan a realizar acciones precipitadas y que pueden llevar al acting out o al pasaje al acto.


Nuestra realidad roza todos los días el límite de lo posible de soportar. Y ante esta difícil situación, no declinamos en el deseo de introducir el lazo social específico que se teje en torno al analista como desecho, representante de aquello que, del goce, resta insocializable. 


Los psicoanalistas tenemos un país, que es el país del psicoanálisis, y para transitar por su territorio el único pasaporte necesario es la transferencia de trabajo. Por tal razón, aun en circunstancias tan adversas, como las que vivimos, no declinaremos en hacer existir el filo cortante de la verdad que Freud fundó y que llegó a Caracas, gracias a la enseñanza de Lacan, y del deseo decidido de su hija, Judith Miller, cuando este país sirvió de refugio para tantos inmigrantes. 


Con la migración como tema, con los arreglos y desarreglos singulares que este real produce, organizaremos el programa de trabajo de las V Jornadas de la Nel Caracas para el 2018. Estamos convocados a partir de ahora a transmitir el saldo de saber que extraemos de nuestra experiencia en el campo del psicoanálisis. 

 

Referencias


(1) Miller, Jacques-Alain,  Extimidad, Edit. Paidós, 2010
(2) Tan, Shaun, Entrevista publicada en la Revista Babar, 2014
(3) Lacan, Jacques,  Escritos, Instancia de la letra o la razón desde Freud, Siglo XXI Editores, 1957

(4) Gaparrós, Nicolás, Correspondencia de Sigmund Freud, Biblioteca Nueva, Editorial

(5) Jones, Ernest, Sigmund Freud. Life and work, (1957) 

                                                                                                                                               

                                                                                                                                         Raquel Baloira

 

 

                                                              V Jornada Clínica 
 


Las causas socioeconómicas y políticas que han forzado una migración masiva en Venezuela parecen a primera vista suficientes para justificarla. Sin embargo, para el psicoanalista eso no basta. Si los efectos subjetivos obedecieran a razones externas habría soluciones universales como las que proponen las psicociencias.


El encuentro entre lo universal de los movimientos en lo social y lo singular subjetivo tiene consecuencias que interesan al psicoanalista, cuya práctica se sostiene sobre una premisa: el sujeto es esencialmente un emigrado de sí mismo por efecto del lenguaje, tesis mayor del descubrimiento freudiano que relega la mismidad a una ilusión del yo y, consecuentemente, toda causa exterior resuena, repercute, en esta extranjeridad estructural del ser hablante.


Si seguimos esta premisa, la migración es fundamentalmente una experiencia singular. La contribución del psicoanálisis al examen del problema toma en cuenta que detrás de las causas objetivas hay un sujeto con una historia, con marcas inconscientes, con ideales e identificaciones pero, sobre todo, con una fórmula de goce única que no puede ser ignorada por el psicoanalista.


La vivencia de exclusión, de soledad, de extraterritorialidad; el temor por el cambio, la angustia de separación, así como la inserción y desinserción, son temas nodales en el gran tema de la migración. A estos se agregan los factores inherentes al lugar de destino: el desarraigo, la aceptación, la valoración, la pérdida de estatus, la exigencia de adaptación a lo nuevo, la segregación, la exclusión.


Todos estos factores conforman el marco de referencia para las propuestas de trabajos que esperamos recibir para nuestras Jornadas bajo los siguientes ejes temáticos:


1- Respuestas sintomáticas ante la migración. Los que se quedan y los que se van.
2- Manifestaciones en la transferencia del exilio del cuerpo y de lo real de la sexualidad.
3- Los modos de goce y las exigencias de adaptación a un Otro distinto 
4- El superyó y los imperativos sociales de emigrar.
5- Respuestas e invenciones singulares ante la desinserción y el desarraigo.

                                                            Comisión Científica: Gisela Cordido, Gerardo Réquiz, Gustavo Zapata


 

Video de presentación de las V Jornadas de la Nel Caracas 2018

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