Francisco Pereira habla sobre su Proyecto Migrantes.
por Alexander Méndez
El proyecto Migrante no es algo que recién aparece, trabajo en él desde el año 2015, cuando ya empezaban a partir algunos venezolanos.
Entiendo la migración no solo como el cambio de un territorio a otro, para mi es fundamental la migración de las emociones, la migración de los sentimientos, es decir, puede ser que lo que antes querías a partir de un momento ya no sea así, hay cambios, separaciones, transformaciones.
Yo trabajo construyendo símbolos, y entre ellos la maleta es privilegiada. En una maleta cabe todo y cabe nada, es más, nosotros somos una maleta. Mi trabajo incluye lo que llamo bípedos. Originalmente no tienen nombre, es después que les pongo uno. A esta que esta embarazada, por ejemplo, se llama Esperanza, me parecía que ese debía ser su nombre, a ésta otra escultura la llamellamé Carlos el músico y a ésta vacío.
La migración para mi se relaciona con la inseguridad, con la incertidumbre, pero también con la esperanza, no la entiendo solo desde el dolor. En los viajes yo tengo múltiples vivencias, emociones, experiencias nuevas y he hecho incluso un viaje de peregrinación. Hablo de un viaje que es la vida que consiste en tener dolor y vencerlo.
En mis obras hay muchos animales y yo considero que todo ser vivo es migrante, como las aves, parte de la vida consiste en moverse de un sitio a otro, todos somos migrantes. Al principio la humanidad era mayoritariamente nómada, solo ahora vivimos en guetos, en ciudades.
Puedes notar que estos animales caminan mucho, son bípedos. Un amigo mío me decía hace poco que mis obras caminan mucho, y es cierto, han viajado a otros países.
Las piernas de los bípedos son huesos, que para muchos son algo negativo, pero en mi obra forma parte de un simbolismo. En el simbolismo los opuestos se tramitan, y, por eso, la muerte que sugieren las esculturas habla de cambio, es la muerte como proceso de transformación. De igual forma las esculturas tienen una conexión con la tierra donde están posadas pero también una elongación, que las eleva, porque de lo que se trata es de cierto equilibro.
Yo tengo conocimiento de arquitectura, y en esas elevaciones se nota como hago coincidir las líneas ornamentales con la estructura que las soporta. Con ese conocimiento y no deseaba producir obras vaciadas de contenido, porque yo tenía cosas que decir y es lo que procuro hacer. Porque lo que yo trato con estas obras son mis propios monstruos.